El Enfoque Pedagógico

Los problemas, los retos, la investigación experimental, son los motores de la curiosidad y del progreso intelectual y emocional.

Nuestra metodología pedagógica se basa en la facilitación, en acompañar a las personas centrándonos en sus motivaciones, su espontaneidad y en su capacidad actual y potencial; convertir a los niños en protagonistas de su propio presente, capaces de crear, autorregularse y desarrollarse desde la frescura y la confianza en sí mism@s, permitiendo que ell@s mism@s aprendan a amarse y valorarse tal como son.

El objetivo principal de la pedagogía libre es que las personas consigan ser autónomas, equilibradas y felices, que aprendan a solucionar problemas, a ser críticas, a evaluar las situaciones: que aprendan a aprender.

Nuestra pedagogía parte de tratar con respeto y amor a todas las personas, teniendo en cuenta su proceso vital, sus necesidades y capacidades personales, además de estimular la curiosidad, no teniendo prisa en satisfacerla.

Cada persona es un mundo, se desarrolla a un ritmo y tiempo determinado e interioriza aprendizajes de diferentes maneras. Centrarnos en una única opción pedagógica sería contradictorio a los objetivos de nuestro Proyecto ya que dejaría al margen diversas facetas de las distintas personalidades y caracteres. Una relación personal y profunda con las criaturas nos mostrará el camino a seguir con cada una de ellas. Aún así, hay principios que seguiremos con especial hincapié como es el dejar que ellas sean las protagonistas de sus vidas, ya sea facilitando mil y una actividades que nos hayan propuesto o no interviniendo en los momentos de aburrimiento y sin acción, tan importantes como los contrarios.

El Juego

Jugar es vivir, es relacionarse, aprender quienes somos, es respetar opiniones y límites. Jugar es desarrollar el cuerpo, los sentimientos, las capacidades. Jugar es cercanía, colaboración, ayuda.

Creemos en el juego como el recurso más enriquecedor y motivador para que los niños y niñas construyan sus aprendizajes, conozcan su realidad, exploren, ensayen, cometan errores, resuelvan problemas, superen retos, establezcan relaciones…

El juego que tiene lugar en la etapa infantil es el pilar sobre el que se sostienen luego otras habilidades como la imaginación, la creatividad, la perseverancia, el esfuerzo, etc. de ahí la importancia del juego libre. Permitirles experimentar esta fase lúdica de los primeros años libremente, sin entrometernos, contribuirá a construir una personalidad sólida, basada en la autoestima y en la capacidad para llevar a cabo actividades y resolver conflictos más complejos a lo largo de la vida.

Libertad y Límites

Espacio libre no significa Espacio sin límites ni contención o protección, significa Espacio sin represión.

En el Espacio Raíces los niños son libres de elegir lo que quieren explorar, descubrir y aprender de forma espontánea en el momento que ellos eligen, siendo protagonistas de su propia evolución.

La libertad del niño/a va inevitablemente unida a la responsabilidad, siendo fundamental que el niño/a aprenda que los actos, ya sean constructivos o no, tienen una consecuencia, que es la que genera un aprendizaje y establece ciertos límites.

Por su parte el diálogo también es muy importante, ya que a la hora de establecer los límites de seguridad, sustituye la imposición y da paso a un razonamiento más profundo.

Los límites se centran en un principio básico: la libertad entendida como respeto a uno mismo y al prójimo y van encaminados a la seguridad personal, al trabajo, a la seguridad de los demás, al cuidado de los materiales, el entorno, las plantas y los animales.

Podríamos resumir los límites del espacio en algo tan sencillo como “cuido de mí mismo, de las personas que me rodean y de mi entorno, con cariño y respeto”.